<P>¿Quien soy? <BR>¿Que valoración tengo de mi misma? <BR><BR>Estoy inmersa en mi memoria, lo que represento, lo que implico y esencialmente lo que genero como guionista de mi vida, esta dentro de posiciones ambivalentes, escasas de planteos misticos, escasa de material divino, ya que la religiosidad no es garantía de alto vuelo. Apuesto mi vida, mi tiempo, mis cabilaciones, mis neurosis, mis equivocos, mis fragmentaciones, al animal virtual inmerso en mi memoria; con un sin fin de sensaciones titiriteras, oxidandome a mi misma, decantandome fermentada en esta duda existencial que me potencia a querer saber lo indesifrable.<BR><BR>Tratando de rescatar los elixires divinos, los pensamientos místicos. El Dios al que tengo acceso no es el Dios con las implicancias que yo lo veo. <BR><BR>Me pregunto: <BR><BR>detrás de Dios ¿esta la nada?.<BR><BR>Trato de no abrazarme a una religión ya que creo que muchos de los que si lo hacen es solo para dejar de preguntarse cosas y yo vivo dentro de un cuestionario.<BR>La religión segrega permanentemente sentido, explicación, como un caracol segrega cuando se arrastra por el piso.<BR><BR>Asi segrego incognitas, en la erudicción de mi pensamiento, en la neurastenia fugaz de mi inconciencia, que me acosa con preguntas sin respuestas.Irreverencia. Desintegración galáctica donde la astrofísica acapara gota a gota mi entidad exparcida por el cosmos, para lacerar la percepción y el discernimiento de mi propio entendimiento.<BR><BR>Creo que el problema vendrá cuando Dios se canse y deje el proyecto.Y a pesar de todo, todavía tengo la insolencia de querer llegar al cielo.<BR></P>