Bien ya es hora de salir, ficharé y me iré a mí casa.
Mark: - Tío ya es fin de semana ¿qué piensas hacer? -
Jensen: - Aún no tengo ningún plan pero creo que me quedaré a descansar, me duele la espalda -
Mark: - Pues yo me voy con unos colegas al bar de Moody, si quieres puedes venir -
Jensen: – ¿En el bar de Moody, en ese bar no mataran a no se quien de una mafia? -
Mark: - Si pero de eso ya hace tres años, todo eso se acabó, ahora es un buen sitio donde tomarse unas copas. Está a tope de mujeres -
Jensen: – Bueno si eso te aviso pero no creo cada vez me duele más la espalda -
Mark: - Es de este chollo tío acabará con nosotros, bueno nos vemos cuídate -
Jensen: - pásalo bien Mark, si puedo te aviso -
Aún no es de noche. Odio este trabajo me paso el día dentro de un centro comercial atendiendo gente que si me gusta, que si no me gusta, estoy harto.
Por fin ya estoy en casa, cada vez me duele más la espalda. Lo siento por Mark pero esta vez no saldré necesito descansar si quiero durar otra semana. Me daré una ducha y luego veré la tele un rato.
Joder treinta canales y no ponen nada bueno en ninguno lo único que me queda es ver el de noticias. Cada vez me duele más la espalda, ahhh dios no puedo ahhhh.
Un fuerte crujido sonó en la habitación como si partieran un cuerpo a la mitad, Jensen yace en el suelo de su salón.
Ahhh, que ha pasado, estoy mareado tengo que lavarme la cara. ¡Dios, son alas!.
Ese fue mi asombro al verme en el espejo, al ver que de mi espalda salían dos alas grandes y fuertes sin ningún tipo de explicación previa. Desorientado y confuso sin saber muy bien que hacer lo único que se me ocurre es subir a la azotea del edificio. Como si de un impulso interior se tratase tengo ganas de saltar y desplegarlas, como si me fuera a sentir mucho mejor por hacerlo.
Salgo de mi casa y subo las escaleras sin sentir la más mínima sensación de cansancio. Cuando llego a la azotea sigo corriendo y salto sin saber muy bien que va a pasar. Mis alas se desplegaron y empecé a planear, la sensación de vida y libertad que estoy sintiendo es increíble. Mierda voy a chocar contra ese edificio, ¡ahhh!.
Vaya parece que tengo que aprender a utilizar a mis nuevas amigas. La caída fue dura fue desde un cuarto piso pero parece que no me he hecho nada, necesito subirme al edificio para volver a casa no se si estaré preparado a que me vea alguien en este estado.
Subiré por la escalera de incendios, aunque me pregunto a que altura llegaré si pego un salto. Uoouuu jajaja llego hasta el segundo piso calculo unos 4 ó 5 metros.
Vuelvo a saltar y me agarro a la pared del edificio, asciendo clavando mis dedos en la fachada. Cuando llego arriba me vuelvo a lanzar planeando en dirección a mi casa, es espectacular lo maravillosa que es la ciudad desde aquí arriba, ya veo mi edificio.
¿Qué haré ahora?, ¿podré volver a trabajar?, ¿ya no podre relacionarme con la gente?, ¿Cómo reaccionaría la gente si me vieran con alas?, miles de preguntas resuenan en mi cabeza una tras de otra, mezclándose entre ellas sin ningún tipo de respuesta, pero de algún modo todo a cambiado quizás ya no pueda volver a ser el que era antes, como será mi vida a partir de hoy, ni siquiera se porque me han salido estas alas, ¿debería creer en viejas mitologías o leyendas?, ¿qué significado tiene esto?. Sea como sea no puedo permitir que nadie me vea, eso sería ponerme en peligro y ni siquiera soy capaz de girar con suficiente rapidez como para esquivar un edificio. Necesito descansar, mañana analizaré todo con más detenimiento.
Jensen durmió esa noche en su cama tapado por sus alas.
A la mañana siguiente Jensen se despertó asustado e inquieto ya no era como cuando decidió dormirse ayer a la noche, sus alas habían desaparecido como si de un sueño se hubiese tratado.
Apenas recuerdo nada de lo sucedido a noche. Recuerdo el ver las alas frente al espejo, subir las escaleras corriendo y el salto, luego solo tengo cosas borrosas y distorsionadas, también recuerdo el dormirme. ¿Por qué ya no tengo las alas?, ¿Saldrán solo por la noche?, ¿quizás sea como los hombres lobo que solo se transforman en luna llena?, aunque eso son leyendas ¿quizás debería creerlas después de lo que me sucedió?, otra vez vuelvo a estar como a noche con miles de preguntas rondando por mi cabeza sin saber ninguna respuesta para cada una de ellas.
Por suerte para mi es domingo y no tengo que ir a trabajar pero ¿que hago mañana y si cuando esté trabajando de repente me salen las alas?, tengo que ir a la biblioteca hoy es el único día que tengo libre quizás allí encuentre algo.
Sin perder ni un minuto más me voy camino de la biblioteca. El maldito ascensor siempre tarda años en llegar, las maravillas de vivir en un duodécimo tienen su lado negativo. Al llegar al portal me encuentro a la señora del cuarto, es curioso siempre que salgo o vengo, siempre me la encuentro. Otra vez me cuenta el día que hace y que sus hijas no vienen a visitarla. Sin más le digo que me tengo que ir, que llego tarde a un sitio.
La biblioteca no está lejos así que iré andando, me gusta andar te permite ver a la gente en su día a día, a veces te sientes un mero espectador entre sus vivencias, otros te ves inmerso en situaciones cómicas o simplemente casuales, aunque ¿que es la casualidad?, que ayer por la noche me salieran alas ¿es simple casualidad? Yo personalmente me niego a creer en la casualidad, no estoy diciendo que crea en un ente superior que nos haya dicho lo que tenemos que hacer y lo que nos tenía que pasar en esta vida. Si no que podemos esquivar a ciertas personas o ciertas situaciones pero si tienen que pasar pasarán. Casi siempre hay dos caminos que tomar en cada situación, dependiendo de cual elijamos daremos más rodeos o menos, aprenderemos más o menos pero al final llegaremos a las mismas conclusiones. Mucha gente me llama loco por pensar así o incluso me llaman creyente pero mis pensamientos nacen de las situaciones de cada día de analizar el porqué de las cosas. No me considero creyente, agnóstico o ateo simplemente prefiero creer en lo que vivo y en lo que siento. Cuanto más sufrimos de algo más evolucionamos, si todos fuéramos felices no aprenderíamos nada de las situaciones de cada día con lo que no estaríamos evolucionando. Con esto puedo decir que a día de hoy me siento feliz por pensar así, por querer tener una respuesta y mil preguntas a cada momento de mi vida.
Vaya de repente dejo de pensar por un momento. Una chica del otro lado de la calle me esta mirando, es preciosa. Su pelo es negro y sus ojos oscuros ropa ajustada pero no excesivamente provocativa, camina con elegancia, sus pasos son firmes y rápidos. Sus ojos derrochan ternura, dulzura y una leve tristeza es marcada en su mirada. Se dirige a un taxi, vaya se le ha caído algo, ella subió al taxi y no se ha enterado. Sin pensar me echo a correr cruzando la calle sin apenas mirar, un coche me pita casi me atropella le hago un gesto con la mano pidiendo disculpas pero ni siquiera le miro, cuando por fin llego a donde estaba la chica descubro que se le ha caído un clip del pelo.
El clip del pelo tiene una flor roja, sin saber muy bien porque decido guardármelo con la esperanza de volver a ver a la chica y poder devolvérselo. Esto hace que piense en mi teoría de la casualidad de antes, pude correr y coger su objeto perdido o pude girar la cabeza y seguir por mi camino hacia la biblioteca. Sea como sea por un momento tuve mi mente en blanco solo podía admirar su belleza, su mirada me transmitía tranquilidad, esa tranquilidad como cuando sabes que aunque todo vaya muy mal, al final todo se solucionará de un modo u otro.
Después de este descanso vuelvo por mi camino, mi camino a la biblioteca. Ya estoy cerca, en la entrada están siempre los mismos toxicómanos pidiendo que alguien les de algo de dinero para poder seguir en ese estado de inconsciencia permanente que no les deja pensar con claridad, abstraídos del mundo, en su mundo, quizás todo sea mas fácil así. Esquivo sus miradas, para evitar un incomodo “no tengo nada”, quizás sea un desalmado pero no pienso darle dinero a alguien para que pueda drogarse y destruir su vida. No esta en mi mano decidir si debe o no debe autodestruirse pero no pienso contribuir en ello. Saludo a la recepcionista o secretaria nunca supe muy bien que era. Es una señora de unos cuarenta y cinco años rubia, de estatura normal, con ropa clásica y un toque de elegancia.
Paso del vestíbulo a la biblioteca atravesando un pasillo de unos diez metros con pósters a los lados de algún tipo de concurso infantil de dibujo y literatura. Me dirijo a los ordenadores donde pueda buscar algo que me pueda ayudar.
Vaya queda uno libre justo el de la esquina de la derecha donde nadie me pueda molestar. Estos equipos están bien los pusieron hace dos años con software libre, quizás sea más complicado usarlos pero van realmente rápidos.
Abro el navegador y empiezo a buscar. Con que debería empezar lo único que se me ocurre es “me salieron alas”. No pone nada solo sale gente en foros con sueños estúpidos, nada que me pueda servir. Quizás debería buscar algo de mitología. Lo único que aparece es la historia de Ícaro y su padre Dédalo, encarcelados en una torre en Creta. Dédalo comenzó a construir unas alas con plumas y cera, al final lo consiguió y junto a su hijo escaparon volando pero su hijo ascendió demasiado alto, la cera de sus alas se reblandeció y se le rompieron las alas. De tal forma cayo al vació matándose. Dédalo, su padre consiguió llegar a Sicilia volando.
Después de tres horas no consigo encontrar nada. Quizás sea el primero al que le pase esto. Definitivamente creo que aquí no encontraré las respuestas.
Salgo de la biblioteca, aunque sigo con las mismas dudas me pregunto si se habrán alterado mis condiciones físicas, debería probarme, iré corriendo hasta casa.
Vaya después de un Kilómetro más o menos me empiezo a fatigar , se me acelera el pulso, mi respiración es más rápida y me empiezo a cansar, mi velocidad es la de siempre. Es como si fuera normal, mis saltos son de una altura normal, es decir, que cuando tengo las alas es como si me transformara, consiguiendo velocidad y agilidad. Ahora tengo más ganas de que me vuelvan a salir las alas y ver de que soy capaz con ellas.